Irme al Valle despues de un mes y medio sin coger la burra se me antojaba un poco duro, pero el deseo de pedalear pudo mas que la razon. Con la potencia nueva y la torpeza de siempre, empeze a bajar con bastante inseguridad, el momento de morder el polvo solo era cuestion de tiempo, pero sali airoso. No pudo decir lo mismo mi culo, que ya en almibar suplicaba regresar al coche y ni siquiera pude llegar al Llorika´s Point. Volvi pegando saltos temerosos y retozando en recuerdos de rica cerveza. Negrazo se pidio unas migas, que pude gorronear con gusto. Los chicos de los 98, acompañados de Carlsberg lograron terminar la jornada. Recuerdos eso si, al pobre chaval que se pego el talegazo bajando por ese camino rojizo...que aun echando sangre por la nariz, los tuvo para llegar mas lejos que yo...
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